martes, 26 de marzo de 2019

Cordero tradicional al horno



“De la mar el mero y de la tierra el carnero”.
Se tienen referencias escritas del consumo del cordero en la península, desde 5000 años A.C.
Una de las carnes mejor valoradas en toda la geografía por todas las civilizaciones, siendo aceptada dentro de todas las culturas, especialmente por musulmanes y judíos.
“Ajo en el cordero es pecado, tanto en el guisado como en el asado”

Vamos a fogones:


Ingredientes para 4 comensales:

Cuatro paletillas de cordero lechal.
Manteca de cerdo o aceite de oliva virgen.
Sal y pimienta molida al gusto.
Un ramillete de tomillo.
Un ramillete de romero.
Un limón.
Un vaso de agua.



En primer lugar, salpimentamos la carne y la engrasamos con aceite de oliva o manteca de cerdo, para que no quede reseca.
Ponemos a calentar la cazuela de asado tipo “tostón”, (con tiras a modo de costillas en el fondo de la cazuela), así evitaremos que la carne esté en contacto con el agua.
Agregamos en la cazuela un vaso de agua con el zumo de un limón, las hierbas y la piel del limón.
Iniciamos el asado durante la primera media hora con el horno a 220º para sellar las carnes, de este modo conservarán mejor sus jugos.
Iremos bajando la temperatura hasta mantenerla a 170º.
Durante el resto del asado, iremos volteando y regando la carne, con los jugos y líquidos del fondo de la cazuela.
Una guarnición clásica de la época, consistía en asar cebollas en bandejas aparte, y servirlas trinchadas con los jugos reducidos del fondo de la bandeja del asado de la carne.
En esta ocasión, el asado se ha realizado en horno tradicional de leña, utilizando madera de roble.
Se ha iniciado el asado a 220 grados, sin rescoldo y con los tiros abiertos para que baje la temperatura gradualmente.
El asado ha durado 2 horas.



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