Las alcachofas o alcauciles, los introducen los
árabes en la Península. Ya eran consumidas por los egipcios, griegos y romanos.
Un mito griego habla del amor no correspondido de la dama Cynada hacia Zeus, que
en señal de venganza, convierte a la dama en la primera alcachofa, pero eso
solo es un cuento.
Se cree que la alcachofa, es el resultado de transformación
del cardo, durante el proceso de mejora en su cultivo; y esto ocurre a finales
de la Edad Media.
Por aquellos años se le atribuían propiedades
medicinales, pero sobre todo y a nivel popular, se le atribuían poderes afrodisiacos.
En este caso y con esa etiqueta sexual, no parece que la Iglesia la pudo
maldecir.,
“Del cardo la hoja y de la alcachofa el corazón”
Vamos a fogones:
Ingredientes para 4 comensales:
Una docena de alcachofas.
2 cebolletas.
4 dientes de ajo.
Un ramillete de albahaca, perejil y orégano.
Una raíz de jengibre laminado.
4 cucharadas de alcaparras en salmuera.
Una cucharada granos de pimienta verde.
50 ml de aceite de oliva virgen extra.
50 ml de vinagre de Jerez.
100 ml de zumo de limón.
Un litro de caldo de pescado.
Sal al gusto.
Se trata
de un escabeche muy sutil, potenciado con caldo de pescado.
Limpiamos
las alcachofas hasta dejar el corazón y el tronco.
Las
ponemos en una olla con el caldo de pescado, las cebolletas tiernas, el vinagre
y el zumo de limón.
Cocinamos
a fuego lento durante unos 12 minutos.
Entre
tanto en una sartén, freímos los dientes de ajo en camisa junto con el jengibre
cortado en tiras finas.
Añadimos
ese sofrito con su aceite dentro de la olla.
Incorporamos
las hierbas, los granos de pimienta verde en salmuera y damos el punto de sal.
Mantenemos
la cocción otros 5 minutos, apagamos el fuego y dejamos la olla tapada para
intensificar aromas y sabores.
Serviremos
a temperatura ambiente con unas alcaparras en salmuera y albahaca trinchada.
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