Existen mil y una variaciones de migas, desde las
clásicas ruleras, a las gachas dulces con distintas harinas.
Casi todo tipo de migas y gachas son de origen
árabe, con una procedencia humilde.
Las más desconocidas suelen ser las dulces, que
normalmente se han refinado en las cocinas de los conventos.
En gran parte de los menús del medievo, no pueden
faltar cualquier tipo de migas o gachas, bien como plato fuerte con alguna
proteína, o bien para culminar el menú como postre.
Vamos a fogones:
Ingredientes para 4 comensales:
80 g de harina de trigo.
400 ml de agua.
Un litro de leche entera.
Seis cucharadas de miel.
50 g de mantequilla.
100 ml de aceite de oliva virgen.
Una rebanada de pan duro.
Media rama de canela.
La piel media naranja.
Canela molida.
En una
olla ponemos la leche, miel, piel de naranja y la rama de canela hasta que
rompa a hervir y reservamos.
En una
sartén a fuego medio, fundimos la mantequilla junto con el aceite.
Freímos
el pan del día anterior troceado a dados hasta dorar, reservándolo sobre papel
absorbente.
En esa
misma sartén y con el aceite restante, freímos la harina hasta dorar
ligeramente.
Añadimos
el agua para desleír la harina hasta que no queden grumos, siempre se puede
colar.
Agregamos
la leche, manteniendo en cocción unos 15 minutos.
Apagamos
el fuego e incorporamos y mezclamos los tostones.
Antes
que endurezca la mezcla, emplatamos.
Serviremos
con un poco de canela espolvoreada.
Se toman
frías o a temperatura ambiente.
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